miércoles, 8 de octubre de 2014

La creación artística abre la vía para el aprendizaje de todo tipo de conocimientos y habilidades.

El arte no es solo una práctica o un producto, sino una manera particular de mirar el mundo, de sentir el mundo y formar parte de ese mundo que el artista decide adoptar.
La producción estética no es solo un placer, sino una contribución a un desarrollo personal reflexivo que debe ser siempre uno de los objetivos fundamentales de la educación.
Los avances de la ciencia y la tecnología han hecho que en la sociedad actual se necesiten personas con ideas creativas para responder a los retos que se plantean constantemente.
La educación artística es una importante vía para desarrollar la capacidad de plantear soluciones divergentes ya que es inherente a la propia naturaleza de las artes el fomentar, impulsar y dar cabida a la diversidad de las ideas, como forma de entender el sentido de su existencia.
La educación artística aporta otro añadido de valor fundamental para el incremento del bienestar social, que es el promover el desarrollo de personas vitales, felices y motivadas, que se sientan capaces de tomar iniciativas y de hacer sus propios descubrimientos y de disfrutar además con ello, aumentando la seguridad en sí mismos y la autoestima.

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